Hacer muestras fotográficas es un golpe de aprendizajes
MI PRIMERA MUESTRA
Cuando comencé a indagar acerca de "cómo mostrarme" a las personas, una de las maneras clásicas (tal vez la mayor) es realizar una muestra en un museo. Lo anecdótico es que no fue así. Alrededor de 9 años atrás me dieron la oportunidad de poder hacer fotografías arquitectónicas de la Catedral principal de la ciudad donde vivo (Reconquista, Santa Fe); estuve haciendo capturar durante 5 meses, experimentando, aprendiendo y estudiando mucho porque ví que me faltaban una enorme cantidad de contenidos, teorías pero sobre todo práctica, hasta que llegúe a hacerme una gran pregunta: "¿Qué hago después de obtenerlas?".
La respuesta fue sencilla: exponerlas. Se imprimieron 22 imágenes de centenares, en un tamaño sin igual ya que miden 100x60cm cada una, las cuales fueron montadas sobre las columnas de 20m de la Iglesia (trabajo en serio para eso) y día a día pudieron verse.
Finalizada ésta, la muestra tuvo dos encuentros más: Avellaneda, ciudad lindante a Reconquista y Río de Janeiro, Brasil. Este último tiene toda una historia larga pero muy linda que será contada en otro posteo.
Una vez realizado lo que fue un sueño prácticamente, incurcioné por distintas áreas y estilos hasta toparme con lo que, luego, serían mis predilectas: naturaleza y retrato. Aquí la historia cambia un poco ya que por cada temática, pude realizar nuevas muestras pero con nuevas propuestas por ende los desafíos fueron distintos.
Sobre el Retrato, logré formar parte de una muestra en Capital Federal junto a grandes de la fotografía que había conocido en un viaje allí (ya que parte de mi familia habita en la ciudad) y para naturaleza, formé parte de la ambientación de dos congresos nacionales de la materia, por dos años consecutivos. En ambos casos aprendí que montar tamaños enormes de fotografías traería grandes responsabilidades y trabajo, ergo, por cada obra de la primera muestra cabían cuatro de éstas.
Conclusión
Como escuché una vez de un alumno de uno de los talleres: "Los cuadros no se guardan, se muestran", lo mismo pienso respecto a las fotografías. Claro está que es un bombardeo constante en redes sociales pero, de vez en cuando, alimenta el alma seleccionar las mejores que hayamos hecho (sea de pura suerte o con todas las técnicas puestas) y animarse a "colgarla" en un museo, un bar, la cada de amigos o en la propia habitación. Lo digital es un paso enorme para la humanidad pero nunca va a ser reemplazado por el papel.